Especies del Monte según la función que cumplen
La diversidad funcional es uno de los aspectos de mayor importancia de la biodiversidad porque se relaciona con la estabilidad, funcionalidad y salud de los ecosistemas y, por lo tanto, en la prestación de servicios ecosistémicos para el ser humano.
La diversidad funcional concierne al rango de funciones que los organismos cumplen dentro de los ecosistemas que pueden clasificarse de distintas maneras, por ejemplo, según el uso de los recursos.
Así los organismos se clasifican en productores (organismos que realizan fotosíntesis), consumidores primarios o herbívoros, depredadores o consumidores secundarios, y parásitos.
Los productores son la base de las cadenas tróficas por lo que cumplen un rol primordial en todos los ecosistemas. En los sistemas áridos y de suelos pobres, como el Monte, los productores son los que permiten que otros organismos coexistan.
Sin embargo, igualmente importantes son los microorganismos del suelo de quienes depende también el ciclado de nutrientes, la formación de sustrato, la retención de agua y la disminución de erosión del suelo, entre otros.
Algunos de estos organismos forman las llamadas costras biológicas, siendo muy importantes en la región del Monte. Las costras biológicas son comunidades bióticas formadas por cianobacterias, algas, hongos, líquenes, hepáticas y briófitos.
Las costras intervienen en la estabilización del suelo, protección frente la erosión, regulación de la dinámica hídrica y fijación de carbono y nitrógeno que aportan nutrientes al suelo.
Algunos microorganismos del suelo están asociados a las plantas, frecuentemente mediante simbiosis o mutualismos, favoreciendo su germinación, establecimiento y crecimiento.
Las plantas, cumplen funciones como la fijación de carbono, formación del oxígeno, ciclado de nutrientes, mejoramiento del suelo y la provisión de alimentos para una gran cantidad de organismos.
Los organismos que se alimentan de las plantas se denominan consumidores primarios o herbívoros, incluyendo desde polinizadores (organismos mutualistas encargados de transportar el polen de una planta a otra y obteniendo polen, néctar o aceite de las plantas) hasta herbívoros, florívoros y frugívoros que consumen partes verdes, flores o frutos respectivamente.
De los consumidores primarios se alimentan a su vez los consumidores secundarios, que incluye a todos los depredadores. Los depredadores cumplen principalmente el rol de reguladores, ya que con su consumo regulan los niveles de abundancia de sus presas, aunque no es la única función.
A su vez los consumidores secundarios pueden alimentarse de otros consumidores secundarios formando lo que se llama una red trófica. Dentro de esta funció se encuentra la ictiofauna del Río Limay.
La ictioofauna de la Patagonia exhibe una baja riqueza de especies. Desde el punto de vista hidrográfico, la Provincia del Neuquén se encuentra dentro de las subcuencas de los ríos Colorado y Negro. Ictiogeográficamente la ubicamos en las provincias Andino Cuyana y Patagónica de la Subregión Austral.
Las especies presentes muestran elementos característicos de la subregión mencionada como galáxidos, diplomístidos, tricomictéridos y percictidos. Particularmente en el rio Limay se encuentran tres especies nativas, la perca de boca chica, perca bocona y puyen, dos especies posiblemente trasplantadas (tachuelas y madrecitas de agua), más cuatro especies exóticos de salmónidos de población permanente, la trucha arcoirirs, marron, encerrado y trucha del arroyo.
La salinidad, la productividad natural y la temperatura limitan la diversidad de la ictiofauna de la región sumada a la depredación causada por las especies exóticas. Estas complejas redes son muy vulnerables cuando la diversidad de especies es baja, como es el caso de las zonas áridas. Eliminar un eslabón de esta cadena puede ser crítico para el funcionamiento del ecosistema.
El desierto del Monte es un ecosistema muy vulnerable a las perturbaciones debido a que es un ecosistema de baja resiliencia, lenta recuperación y baja riqueza de especies en comparación con otros ecosistemas.
La hostilidad del clima de esta región hace que la actividad biológica sea muy difícil lo que hace que este ecosistema posea un alto grado de endemismos, especies que sólo viven allí.
Muchas especies del Monte se ven afectadas por la actividad humana y la degradación del hábitat, encontrándose algunas en la lista roja de especies de UICN con distintos grados de riesgo de extinción (Tabla 1).
Sin embargo, la gran mayoría de las especies del Monte están poco estudiadas, ignorándose el nivel de riesgo de sus poblaciones ante las actuales perturbaciones antrópicas.
Asimismo, existe un gran desconocimiento acerca de los servicios ecosistémicos que muchas especies del Monte prestan al ser humano debido principalmente a la baja valoración de la opinión pública.
No obstante, la mayoría de las especies vegetales de esta región son usadas para alimento y usos medicinales, aunque también se usan para la extracción de resinas, ceras, gomas, compuestos químicos, leña, madera, carbón, uso ornamental, cosmética, etc.
En la Tabla 1 además se muestran algunos de los usos de especies de animales de la región. Los artrópodos son otro gran grupo ignorado, aunque muchas especies también prestan servicios ecosistémicos como por ejemplo el uso de avispas nativas (e.g. Goniozus legneri) como control biológico de plagas en los cultivos del valle.
Tabla 1: Especies presentes en la lista Roja de especies (UICN) y su estado de conservación. LC/LR: Least concern/Low risk, bajo riesgo; NT: Near threatened/casi amenazada; VU: Vulnerable, vulnerable; EN: Endangered, en peligro; DD: Data deficient, datos desconocidos.